AUTOESTIMA:
5 tips para compararte de forma correcta y combatir la envidia
La envidia, una gran adversaria para nuestra autoestima.
El sentimiento de envidia es esa tristeza o impotencia que te genera lo que otra persona posee. Eso dolor o desdicha que sientes cuando te comparas con otras personas. La envidia es un sentimiento desagradable, y que además, afecta a tu autoestima. Tu bien más preciado.
«Me das mucha envidia. Pero de la sana.»
Envidia buena VS Envidia mala
A menudo, diferenciamos entre envidia buena (o sana), y envidia mala. La buena correspondería a esa tristeza o impotencia por no tener lo que otro/a posee. La mala, genera emociones muy parecidas (tristeza, impotencia) pero mucho más intensas, además de rabia hacia esa persona que tiene eso que tú deseas. Esa rabia, puede llegar a ser tan intensa, que puede hacer que le desees la desdicha a esta persona.
Sea del tipo que sea, la función en ti está siendo negativa, ya que está disminuyendo tu autoestima. Y es que, las comparaciones son odiosas si no las haces bien.
La envidia como admiración mal gestionada
Para proteger nuestra autoestima de la envidia, lo primero es tener en cuenta que la envidia, es una especie de admiración mal gestionada. Aprender a gestionar esta admiración de forma correcta, va a ser clave para cambiar la manera en que te ves a ti mismo/a, cuando te comparas con otra persona.
LAS COMPARACIONES SON ODIOSAS, SI NO LAS HACES BIEN
Cuando sentimos envidia hacia alguien, el primer paso que hemos hecho ha sido compararnos con esta persona. Esta persona, ha sido alguien a quien en el fondo admiras ya que tiene algo que a ti te gustaría: bien sea su forma de vida, su trabajo, sus relaciones sociales, su estatus socio-económico, etc.
Lo cierto, es que es muy difícil no hacer comparaciones. Nuestra mente las hace constantemente. Pero donde si podemos incidir, es en la manera en que las hace.
Cambiar la forma en que nos comparamos, ayuda a mantener una autoestima sana.
A continuación, tienes 5 tips para compararte de forma correcta protegiendo así tu autoestima de las comparaciones.
1. AMPLÍA EL FOCO DE TU COMPARACIÓN
Ten en cuenta, que la persona con la que te estás comparando no es perfecta. Lo que ocurre es que se está produciendo lo que en psicología llamamos sesgo atencional: estás focalizando tu atención únicamente en aquellas cualidades y aspectos de la otra persona que no tienes y deseas tener. Si te esfuerzas en ampliar el foco, verás que también hay cualidades que tú tienes y esa persona quizás todavía no, o que todo lo que tiene esta persona no es positivo, sino que también tiene ciertos aspectos en su vida que podrían mejorar.
Cuando te comparas, ni lo bueno es tan bueno, ni lo malo es tan malo.
2. DIFERENCIA ENTRE COMPARACIÓN DESTRUCTIVA Y CONSTRUCTIVA
La comparación destructiva es aquella que te aporta afirmaciones negativas sobre ti, y la constructiva es la que nos ayuda a construir nuestro propio camino.
Si al compararte, el pensamiento que aparece en ti es “qué buena es esta persona en esto. Yo nunca lo alcanzaré”, está siendo destructivo ya que esto es una afirmación negativa, la cual puede implantarse en tu sistema de creencias y limitarte: pues te has puesto tu propio límite “nunca lo alcanzaré”.
En cambio, si al compararte, piensas en aquellos pasos que esa persona ha dado para conseguir eso que tiene y tú también deseas, te ayudará a tomarla como modelo y seguir esos pasos que le han llevado a ese punto. Aquí, el pensamiento sería reflexivo y constructivo: “Qué buena es esta persona en esto. ¿Qué ha hecho para serlo? Si ella ha podido tal vez yo también pueda. Voy a estudiar los pasos que ha seguido y a adecuarlos a mi”.
3. MIENTRAS TE COMPARAS, PIERDES TIEMPO DE TU CRECIMIENTO
En lugar de dedicar demasiado tiempo a observar cómo son los demás, en qué punto se encuentra, lo que hacen bien, lo que hacen mal, etc. invierte más parte de este tiempo en dedicarlo a ti mismo/a.
Pon el foco en ti en este momento. Observa cómo eres tú, en qué punto te encuentras tú, qué estás haciendo bien tú, qué estás haciendo mal tú, y localiza aquellos aspectos o áreas que te gustaría mejorar.
4. LA MEJOR COMPARACIÓN ES LA QUE HACES CONTIGO MISMO/A
Cuando te comparas con otra persona, sueles olvidarte de algo muy importante: ella está en un momento de su vida, y tú estás en otro. Tal vez todavía no hayas conseguido llegar hasta donde esta persona está, pero puede que te encuentres en el camino.
Por ello, la mejor de las comparaciones es en la que comparas tu YO de ahora, con tu YO en otro momento de tu vida. Al compararte con tu YO del pasado, ves todo lo que has avanzado y te das cuenta de que estás en el camino y puedes llegar a la meta aunque todavía no estés en ella.
5. AGRADECE A TUS FIGURAS DE MODELADO
Las personas con las que sueles compararte, son tus figuras de modelado. Son personas que tienen o han conseguido aquellos que tú también quieres. Por eso, estas personas te están aportando algo de gran valor: te enseñan a conocerte. A través de esas comparaciones, conocemos nuestros valores, nuestros objetivos, nuestros deseos. Conocemos lo que nos gusta y lo que no. Y además, nos sirven como modelo a seguir ya que podemos fijarnos en sus pasos para poder recorrer un camino más seguro.
Agradéceles por enseñarte esa parte de ellos/as que tanto admiras y por formar parte de tu proceso.