Nos resistimos a sentir la soledad porque no somos conscientes de todo lo que ésta puede enseñarnos.
Cada cual en su camino.
No estás en el mundo para llenar las expectativas de nadie. Estás para ser tú mismo/a y vivir tu propia vida. Los demás tampoco están en el mundo para llenar tus expectativas. Están para ser ellos mismos y vivir sus propias vidas.
Tú eres tú y yo soy yo.
Si nuestros caminos se cruzan disfrutaremos caminando juntos hasta que se separen, y cuando lo hagan, simplemente seguiremos caminando, en soledad.
Caminar juntos nos habrá aportado muchos aprendizajes y experiencias, pero caminar en soledad nos aportará muchísimas más, porque dejamos de observar los pasos del otro para observar nuestros propios pasos, dándonos tiempo a cuestionarlos, a escucharlos, a aceptarlos.
La soledad nos permite conocernos. Conocernos a nosotros mismos nos permite superar nuestros miedos. Y superar nuestros miedos, nos hace libres.
La vida no es una carrera, es un camino en el que lo importante es la trayectoria. La trayectoria está definida por cada paso. Cada paso es un aprendizaje. Y cada nuevo aprendizaje te va mostrando el camino.
Siempre caminarás acompañado, porque aunque no haya nadie a tu lado, estarás contigo mismo. La soledad, en su sentido más amplio, no existe. Además podrás ir cruzando con caminos ajenos, de cuyos pasos también puedes aprender.
💭
¿Qué te están enseñado a ti tus pasos?
¿Qué te enseña la soledad?
¿En estos momentos caminas contigo mismo o con alguien más?
–